Amo
todas las auroras
y odio todos los crepúsculos.
¡Qué
hermosas las sendas
que
no tienen fin!...
¡Qué
hermosos los días
que
no tienen noche!
¡Qué
hermosas las cosas
que
nunca se hicieron!...
Las
columnas truncas,
los
vasos trizados,
las
líneas no rectas...
¡Lo
que no se rige
por
orden expreso!...
Ir
como las barcas
que
no tienen remos...
¡Ir
como las aves
que
no tienen nido!
¡Ser
algún capullo que no se adivina!
¡Poder
algún día
quebrar
con la marcha
de
las cosas hechas!
¡Detener
la tierra!
Dos
y dos son cuatro...
¿Y
eso quién lo sabe?
Y...
¿si se me ocurre
que
uno no es uno?
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