Jamás
podre olvidarte
(Año 1909)
Como fantasma que siguiendo fiero
los pasos que mi loca mente da,
me persigue el recuerdo, ese recuerdo
que en mi pasado fijo siempre está.
Quiero olvidarlo y si al volver mi mente
a la alegría que contemplo impávida,
surge el recuerdo; ese recuerdo negro,
que es del dolor la infatigable dádiva,
Jamás olvido. Al despertar mi mente
de aquella muerte que se llama sueño,
acude ese recuerdo prontamente
de mi febril cerebro a hacerse dueño.
Únicamente al reposar inerte
de la amorosa muerte entre los brazos,
el recuerdo – el recuerdo siempre negro-
dejará de oprimirme entre sus lazos.
Como fantasma que siguiendo fiero
los pasos que mi loca mente da,
me persigue el recuerdo, ese recuerdo
que en mi pasado fijo siempre está.
Quiero olvidarlo y si al volver mi mente
a la alegría que contemplo impávida,
surge el recuerdo; ese recuerdo negro,
que es del dolor la infatigable dádiva,
Jamás olvido. Al despertar mi mente
de aquella muerte que se llama sueño,
acude ese recuerdo prontamente
de mi febril cerebro a hacerse dueño.
Únicamente al reposar inerte
de la amorosa muerte entre los brazos,
el recuerdo – el recuerdo siempre negro-
dejará de oprimirme entre sus lazos.
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