lunes, 3 de junio de 2019

MORIR SOBRE LOS CAMPOS

MORIR SOBRE LOS CAMPOS
Ya quiero que me dejen morir sobre los campos
tendido el cuerpo enfermo. Me traiga el sol sus lampo
y abriéndose las venas a su calor bendito
vengan a mi caricia de todo el infinito.


Que no escuche en la hora solemne de mi muerte
la palabra del hombre que oraciones me advierten.
Que no venga mi madre a besarme las manos,
que me den al olvido los recuerdos humanos.

Que me dejen tendida, solita en la llanura,
y solo el sol se vuelque portador de blancura
sobre mi cuerpo pobre, sobre mi cuerpo enfermo
como un pájaro helado que aun palpitara yermo.

Porque así moriré sabiendo que, el pecado
no es tal: que si en las flores del jardín he libado,
y eran mías sus flores y arranque las corolas
como el mar ha el derecho de sacudir sus olas!

Porque así seré buena:
olvidaré ambiciones;
Justísima, serena, perdonaré traiciones,
y borracha de sol en la hora postrera
Tendré un beso en los labios lleno de primavera.

Mora en la verdad. Y sabre que mis errores,
mis bondades, mis sueños, solo son los señores
que del castillo erguido en mi alma de atea
salieronle a la vida recabando pelea!

Pero que no me tiendan sobre el lecho mezquino
para morir. No pongan el tono vespertino
en mi cuarto pequeño donde se oiga silente
el llanto de la madre que despide al muriente.

Porque acaso mi alma, libre hoy de cobardía,
se haga como mi cuerpo, pobre, sin energía,
y demande perdón por el dulce pecado
de haber libado miel en el huerto sagrado.

O acaso, sin derecho, ya que la vida aquesta
si me brinda su acabar me dio toda su fiesta,
va me sienta rebelde y maldiga la hora
en que bebí dolor en la copa traidora...

Oh! No! Toda la paz para morir deseo;
mi sentimiento asceta que el pesar hizo ateo
quiere serenidad:.. y
Morir sobre los campos tendida
y en mi cuerpo deshaga el sol sus lampo!

Alfonsina Storni
La Inquietud del Rosal 1916

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