EL FRASCO DE
PERFUMES
Había
llorado mucho y sin saber porqué...
Estaba neurasténica, cansada, no sé...
Estaba neurasténica, cansada, no sé...
Una
melancolía que era como un puñal
clavado en el cerebro me hacía mucho mal.
clavado en el cerebro me hacía mucho mal.
Parecióme
que había un lazo de crespón
amortajando viva la paz del corazón.
amortajando viva la paz del corazón.
Hacia el
libro que adoro mis dos manos tendí
y volvieron mis manos vacías hacia mí.
y volvieron mis manos vacías hacia mí.
Y entonces
en el búcaro mi mano se posó
y nerviosa, una rosa de fuego deshojó.
y nerviosa, una rosa de fuego deshojó.
Y fue la
rosa de fuego destrozada después
un reguero de sangre que moría a mis pies.
un reguero de sangre que moría a mis pies.
Y jugué con
las gotas de sangre bermellón
como la neurastenia jugaba en mi ilusión.
como la neurastenia jugaba en mi ilusión.
Pisélas una
a una con la punta del pie
y sobre su cadáver diminuto lloré.
y sobre su cadáver diminuto lloré.
Fatigada del
juego fuime hasta el tocador,
me había puesto pálida el pálido dolor.
me había puesto pálida el pálido dolor.
Y tenía los
labios blancos como el azahar
un azahar de novia que se va a desposar.
un azahar de novia que se va a desposar.
Y pensé que
el dolor era un novio sutil
que gustaba de azahares hecho en labio febril...
que gustaba de azahares hecho en labio febril...
Y en el
plateado espejo de bruñido cristal...
puse un beso de hielo sobre el azahar fatal.
puse un beso de hielo sobre el azahar fatal.
Después mi
mano inquieta todo lo revolvió...
un frasco de perfumes hasta el suelo rodó.
un frasco de perfumes hasta el suelo rodó.
Estrepitosamente
se quebró su cristal.
Muriendo en una lenta notita musical.
Muriendo en una lenta notita musical.
Y, liberto,
el perfume ascendiendo hasta mí
quiso inundarme toda, toda, en su frenesí.
quiso inundarme toda, toda, en su frenesí.
Oh, milagro
divino de libélula azul
que puso en mi tristeza dos alitas de tul!
que puso en mi tristeza dos alitas de tul!
Oh,
contraste bendito, fresquísimo y grácil
que abrió entre los azahares cien claveles de abril!
que abrió entre los azahares cien claveles de abril!
Primavera!
Tu soplo en mi alma se volcó
y vencida mi alma toda se te entregó!
y vencida mi alma toda se te entregó!
Me hablaste
de praderas, las trajiste hasta mí,
y loca, largamente, me reí... me reí...
y loca, largamente, me reí... me reí...
La Inquietud
del Rosal 1916
Alfonsina Storni
Alfonsina Storni
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