El
Temblor Inefable
La
noche toda inquietante
me
desleía su plata
por
destellar en mi bata
la
osadía de un diamante.
Vi
titilar un instante
a
mi estrella: la escarlata,
y
escuché su serenata
toda
dulce y sollozante.
Bajo
su extraña canción
este
pobre corazón
se
estremeció de tal suerte
que,
todo atemorizado
sintió
pasar por su lado
las
dos manos de la muerte.
Poesia
Inédita
Alfonsina
Storni
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