CONFESIÓN
Por
un miserable muero de ternura:
amo
un armazón
bella,
de elegante, fina contextura,
privada
del zumo que da el corazón.
Su
triste vacío sube a su mirada
lánguida,
lavada,
y
en sus venas blancas -ramaje nevado-
el
limo sanguíneo parece estancado.
A
veces, con modo que ya desvaría,
de
mi boca ardiente a su boca fría,
le
soplo mi alma: parece agitada
su
carne, y el alma se le curva un poco.
Ay,
luego la toca
y
siento la goma de la cosa inflada.
Soneto,Alfonsina
Storni
Ocre
1925
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