FEMENINA
Baudelaire:
yo me acuerdo de tus Flores del Mal
en que hablas de una horrible y perversa judía
acaso como el cuerpo de las serpientes fría,
en lágrimas indocta, y en el daño genial.
en que hablas de una horrible y perversa judía
acaso como el cuerpo de las serpientes fría,
en lágrimas indocta, y en el daño genial.
Pero
a su lado no eras tan pobre, Baudelaire:
de sus formas vendidas, y de su cabellera
y de sus ondulantes caricias de pantera,
hombre al cabo, lograbas un poco de placer.
de sus formas vendidas, y de su cabellera
y de sus ondulantes caricias de pantera,
hombre al cabo, lograbas un poco de placer.
Pero
yo, femenina Baudelaire, ¿qué me hago
de este hombre calmo y prieto como un gélido lago,
oscuro de ambiciones y ebrio de vanidad,
de este hombre calmo y prieto como un gélido lago,
oscuro de ambiciones y ebrio de vanidad,
en
cuyo enjuto pecho salino no han podido
ni mi cálido aliento, ni mi beso rendido,
hacer brotar un poco de generosidad?
ni mi cálido aliento, ni mi beso rendido,
hacer brotar un poco de generosidad?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario