martes, 25 de junio de 2019

POEMAS DE AMOR II


¿Quién es el que amo? No lo sabréis jamás. Me miraréis a los ojos para descubrirlo y no veréis más que el fulgor del éxtasis. Yo lo encerraré para que nunca imaginéis quién es dentro de mi corazón, y lo meceré allí, silenciosamente, hora a hora, día a día, año a año. Os daré mis cantos, pero no os daré su nombre. Él vive en mí como un muerto en su sepulcro, todo mío, lejos de la curiosidad, de la indiferencia y la maldad.

Alfonsina Storni

 

ESCLAVA



ESCLAVA


Yo te seguí en la sombra como una
sombra funesta de tu luz esclava.
Y eras en mi como una espina brava.
Y eras en mi como piedad de luna.


Yo te seguí feroz como ninguna
por tierras muertas entre fuego y lava.
Decía en llanto: si mi vida acaba
tu espalda viendo lo tendré a fortuna.

Dulce tu alma como fruto a punto
la vi exprimirse sobre un alma blanca
que ahora vive, con la tuya, junto.

Dolor gemidos de mi pecho arranca.
Mas al impulso de una fuerza loca
cuando la besas tu, beso su boca.

Alfonsina Storni
Languidez 1920


Afinamiento


Afinamiento


Mi alma, en su vaso humano incontenida,
va quemando mi cuerpo a llamaradas
y es un tallo de luz mi carne ardida,
un velo, transparente a las miradas.


Yo me pude ver, tras aquel velo,
crecer el corazón, y en sus canales,
no ya rojizos, que el color del cielo,
rodar mi sangre a saltos desiguales.


Que de un gemido soy la vestidura
me yergo, rama heroica, hacia la altura
y zumba en mi pasión toda pasión.


Música dulce fluyen en mis entrañas
y si el viento me roza las pestañas
ya muerde carne de mi corazón.


Mundo de Siete Pozos 1934
Alfonsina Storni


viernes, 21 de junio de 2019

Una vez Más



Una vez Más


Es una boca más la que he besado,
¿Qué hallé en el fondo de tan dulce boca?
¿Qué nada hay nuevo bajo el sol y es poca
la miel,de un beso para haberlo dado?


Heme otra vez aquí, pomo vaciado.
Bajo este sol que mis espaldas toca
a la cordura, vanamente invoca
mi triste corazón desorbitado.


¿Una vez más?... Mi corazón se estremece
y un gran terror entre mis venas crece,
pues alguien da mi nombre a los caminos.


Y es su voz de hombre,cálida y temida.
Ay, quiero estarme quieta y soy movida
hacia la sombra verde de los pinos.


OCRE 1925
Alfonsina Storni




VIEJA LUNA



VIEJA LUNA


Me protegen tus brazos del invierno.
Bajo tu amparo tierno
dejo pasar las horas en letargo
triste y largo.


Siento que toda cosa me es amada,
que de la caridad estoy acompañada.
Amo hasta el mal que hiere.
! Piedad para el que mure !


Oh vieja luna,descarnado mundo
que recorres el cielo en silencio profundo
!cuánto calor tiene el amado mío!...
Luna, ¿no tienes frío?


Irremediablemente 1919
Alfonsina Storni


Campana de Cristal



Campana de Cristal

Recién la tarde se borraba,era
la penumbra teñida de escarlata
preludiando en reinado de la plata
en una noche toda primavera.

Yo estaba herida de inquietud que mata,
una inquietud nerviosa y agorera
como una anunciación,como una espera
en que todo el anhelo se desata.


Después la noche palpitó en mis células ,
llegaron a millones sus libélulas
arrancándome un ritmo musical.

Y bajo la tristeza de la luna
descubrí que mi alma
era una diminuta campana de cristal...

La Inquietud del Rosal 1916
Alfonsina Storni

El Cielo ,Mascarilla y Trébol 1938. Alfonsina Storni


 
El Cielo
Mascarilla y Trébol 1938
Alfonsina Storni

LA HORA TRÁGICA



LA HORA TRÁGICA
(fragmento)


Después de haber bebido mi taza de café
se me tornan los nervios hilos electrizados.
Paso rápidamente de la duda a la fe
y siento mis tejidos como sutilizados.


Es la hora en que pasa por mi cuerpo la vida
golpeándose las alas en un hilo de muerte,
en que me siento débil, en que me siento fuerte.
Y sé que Todo y Nada son las fuentes de Vida.


Es una elevación de mi propia materia,
me acerco a lo infinito, penetro en el misterio,
y bajo la presión de finísima histeria
siento que soy el médium de algún gran cementerio.


Cementerio de razas, de las razas que han sido,
de aquellas que pasaron camino de la nada
no obstante su corona por el oro dorada
y a pesar de su emblema en bellezas ungido.


Y pasa por mis venas el soplo de la Grecia,
la Grecia de Pericles y diadema aspasiana,
en que Fidias da forma, sobre la mole recia,
al gran siglo de oro de la Grecia pagana.


Después ruge en mi sangre un aullido de fiera:
Roma! Roma! me muestra sus columnas truncadas
y me queman el pecho todas las llamaradas
que hicieron el invierno sobre su primavera.


Y el mar, el gran gigante, me grita: Alejandría!
La voz tiene un intenso llamado de pirata
y se escucha el sonido del oro y de la plata
arrastrando a las naves con su garra sombría.



La Inquietud del Rosal 1916
Alfonsina Storni 

jueves, 20 de junio de 2019

Miedo Divino


Miedo Divino


La noche, la noche se acerca a nosotros,
como altas estrellas temblando los dos.
El aire se llena de notas ligeras :
es todo emoción.


La noche ,tus ojos,el corazón nuestro,
el cielo y el mundo es todo temblor,
jugosas las almas,mojados los ojos.
Lleno el corazón.


Estamos tan solos, amado,tan solos
que todo lo entiendo porque todo soy.
La noche,la sombra,la vida,el silencio,
la paz y el amor.


-Te amo -me dices despacio-te amo,
y entonces soy menos que un hilo en temblor...
Se apagan los ojos,el cielo se borra,
se acaba la voz.


Silencio,susurro,armonía ,la noche
late dulcemente en torno a nos,
late dulcemente como si entendiera
que me muero yo...


-Te amo,susurras de nuevo-,
y ahora el cielo se inunda de fulguración ,
se agrandan los astros,se tocan,lo cubren,..

!Oh, siento terror !



Oh amado, los astros que brillan enormes
los muertos que vagan,las sombras de dios,
la noche,la noche que cae en mi alma,
no dejes amado que muera de amor.


Irremediablemente 1919
Alfonsina Storni

EL PÉTALO BLANCO, Poesía Inédita


EL PÉTALO BLANCO
Poesía Inédita


Tú me lo diste. Entre mis dedos, luego
durmió un instante. Mas mi vivo fuego
no pudo transformarlo en cosa oscura.
Era muy tenue. Era una forma pura.


Porque cayó de entre mis dedos, luego
tú lo soltaste al viento. Con mi fuego
se fue volando por la calle oscura.
Era muy blanco. Era una forma pura.


Dónde estará? Acaso bajo el blanco
mármol de alguien, duerme su sueño.
Acaso rueda aún de banco en banco


por tanta plaza solitaria y triste;
acaso busca desolado al dueño
que así lo abandonó. Dime qué hiciste?




Antología poética,
(Espasa-Calpe Argentina, Buenos Aires, 1946)
Alfonsina Storni

Mi yo



Mi yo

Hay en mí la conciencia de que yo pertenezco
al caos, y soy sólo una forma material,
y mi yo, y mi todo, es algo tan eterno
como el vertiginoso cambio universal.

Soy como algo del Cosmos. En mi alma se expande
una fuerza que acaso es de electricidad,
y vive en otros mundos tan llenos de infinito
que me siento en la Tierra, llena de soledad.

Cuando en un día tibio percibo la caricia
de la vida, hay algo que pasa por mí
tan intenso y extraño, que deso morirme
para seguir viviendo como nunca viví...

¡Vida! ¡Toda la vida!... Es el grito que siento
subir de mis entrañas hasta la inmensidad...
¡Cada célula mía quisiera ser un astro,
un mar, todo el misterio de la fecundidad!

Mi cuerpo, que es mi alma, suele sentirse guzla,
una guzla de plata con cuerdas de cristal
naturalmente templa la cuerda y es por eso
que me siento encarnada en todo lo ancestral.



La Inquietud del Rosal 1916
Alfonsina Storni


LA MUERTE DE LA LOBA


LA MUERTE DE LA LOBA


El cuarto estaba a oscuras; una mísera vela
daba su luz pesada como de oro muerto;
cada objeto en la pieza era un fantasma incierto
bajo el pincel sombrío de la pobre candela.


Abierto estaba aún, donde su mejor verso,
sobre la mesa el libro por ella preferido
y una flor que no pudo ser la flor del olvido
yacía en las estrofas como recuerdo terso.


En un vaso temblaba la blancura de un lirio
cansado de sorber el agua amarillenta
y su pobre corola caía macilenta
con una gravedad enferma de martirio.


Por la calle pasaban las ruedas de algún coche
con un pesado andar cargado de agonía
y la lluvia de a poco su llanto diluía
sobre el silencio enorme que fluctuaba en la noche.


Oh, la forma del gato tras el cristal sombrío!
Un gato negro espiaba con la pupila rubia
y su fosforescencia brillaba entre la lluvia
metiéndose en el alma como un dardo de frío.


La loba en su sillón hechos sombra los ojos,
me escrutaba los ojos, hechos sombra también.
Oh, la pobre sabía -y lo sabía bien
cómo eran de traidores esos pómulos rojos!


Muy al rato me dijo: - Mira, estoy tan tranquila,
tan tranquila que acaso me comienzo a morir"...
Y estaba tan tranquila! que hube de sonreír
para que no leyera su muerte en mi pupila.


Y estaba tan tranquila! que como un pajarito
se durmió para siempre en la noche de frío
acariciando al hijo que en el regazo mío
estaba silencioso... silencioso y quietito.


Se quedó como el libro, cargada de ternezas,
abriendo con su muerte la página final,
una página blanca donde algún lodazal
quiso poner impío el mal de sus tristezas.

Se quedó como el lirio que moría en el vaso...
pálida y espectral, y sus manos perfectas
decían no sé qué de las cosas selectas
con la suave armonía de su lívido raso.

-" Mamita! Oye mamita, me comprarás soldados?...
mamita". -No la llames, se ha dormido mamita.
Y una pobre canción con lástima infinita
fluctuó pesadamente en mis llantos ahogados.

De pronto hasta el pabilo se apagó consumido,
la noche su sepulcro tendió sobre mi vena
pero seguí cantando la suave cantilena
para que el niño blondo se quedara dormido.

Después!...- tantos detalles perdieron ya el color!
Sólo me acuerdo ahora que en mi frente contrita
pasó del pobre huérfano la blanca manecita
tal como si en la llama jugueteara una flor.

La Inquietud del Rosal 1916
Alfonsina Storni 


Ruego a Prometeo

Ruego a Prometeo

Soneto

Agrándame tu roca, Prometeo;
entrégala al dentado de la muela
que tritura los astros de la noche
y hazme rodar en ella, encadenada.

Vuelve a encender las furias vengadoras
de Zeus y dame látigo de rayos
contra la boca rota, mas guardando
su ramo de verdad entre los dientes.

Cubre el rostro de Zeus con las gorgonas;
a sus perros azuza y los hocicos
eriza en sus sombríos hipogeos:

He aquí a mi cuerpo como un joven potro
piafante y con la espuma reventada
salpicando las barbas del Olimpo. 

Alfonsina Storni

miércoles, 19 de junio de 2019

Siete Vidas

 
Siete Vidas 

Siete vidas tengo, tengo siete vidas.
Siete vidas de oro; bellas y floridas.
Cabeza cortada, cabeza repuesta:
Mi espíritu-árbol retoña en la siesta.

Dragón purpurado de garras floridas,
siete vidas tengo, tengo siete vidas.
Gigantes y enanos: cortad mis cabezas,
crecerán porfiadas como las malezas.

Siete vidas tengo, tengo siete vidas,
siete vidas de oro bellas y floridas 
que hierros fatigan y mellan espadas,
mas serán un día por siempre taladas.

Secará las siete cabezas floridas,
príncipe que espero. Sin abracadabras,
el dragón alado perderá las vidas
bajo el tenue filo de dulces palabras. 

EL SUEÑO

 
EL SUEÑO

Yo vi dos soles rojos dominando el espacio
Perlaban en sus rayos las luces de topacio
y tendí mis dos manos hambrientas de infinito
para estrujar en ellas un inefable mito.

Las dos pupilas rojas como rosas del cielo
cegaron mis pupilas, soberbias en su anhelo
de mirar cara a cara los toques de diamantes.

Después, como un crujido de nudos que se quiebran...
Tempestades soberbias que en los mares se enhebran;
parto de los dioses... Un quejido de dios...
¡Y bocas que se muerden en un supremo adiós!

Más tarde una sonata más dulce que la miel;
agonía de lirios en el jardín aquel.
palacio de oro y oro donde habita una maga
que ha dormido cien años por maldición aciaga.

Y después manos blancas desparramando rosas
sobre el alma escondida y serena de las cosas...
Y un silencio de muerte cansado y sepulcral
donde se prende el lotus venenoso del mal.

Y después la mañana que llega a los cristales
del cuarto miserable donde muerdo mis males...
Y después otro día que se esboza en el lloro
de mis días sin sol, de mis soles sin oro!... 


La Inquietud del rosal 1916
Alfonsina Storni

martes, 18 de junio de 2019

Contra Voz

Contra  Voz 
 
Entierra la pluma
antes de atarte a los puños
como una llama
el dolor de servir
a cosas estultas.

Por su punta,
como por los canales
que desagotan el río,
tu agua se desparrama
y muere en el llano.

La palabra arrastra limos,
pule piedras,
y corta selvas imaginarias.

Piden los hombres
tu lengua,
tu cuerpo,
tu vida:
Tírate a una hoguera,
florece en la boca
de un cañón.

Una punta de cielo
rozará
la casa humana. 

descripción de la ciudad de Río de Janeiro,Alfonsina Storni



Azul ceñidor de mar. Pardo de montañas.
Blanco de espumas. Verde de enredaderas.
Laderas sembradas de viviendas. Rosa.
Edificios grises. Rejas negras.
Trajes amarillos. Palabras musicales.
Vehículos afiebrados. Cuerpos bellos semidesnudos.
Negros estupendos. Mujeres embriagadoras.
Playas de oro anchas, largas, infinitas.
Arrollados de olas esmeraldas
destorciéndose en las orillas.
Sol. Sol. Más sol.
Arcos de dientes salpicando de nieve
el torbellino azul, el torbellino verde,
el torbellino dorado.
Hamaca el cuerpo, hamaca los sueños,
hamaca las ideas. No está fija, no.
Se balancea con su mar,
sus montañas, sus casas,
sus árboles y sus hombres.

fragmento
descripción de la ciudad
de Río de Janeiro
Crónicas de viaje publicadas
 en La Nación
Alfosina Storni


lunes, 17 de junio de 2019

Naturaleza mía

 

Naturaleza mía

Naturaleza mía, la que fuera
Como pesada abeja en primavera,
Ociosa y hecha para siestas de oro,
Voraz, aletargable, mudadera.

Bajo las tardes cálidas, dormida
De amor, ya el nuevo amor te daba brida,
Y tú arrastrabas un pesado cuerpo,
Pesado por el zumo de la vida.

¿Qué hice de tí? Para enfrentar tus males
Sobre tus formas apreté sayales,
Y en flagelarte puse empeño tanto
Que hoy filosofas junto a los rosales.

Disminuida, atáxica, robada,
En tu pura pureza violada,
Miras te baten palmas los sensatos
Con tu ya blanca y última mirada.

1912

LA ESPINA ,Languidez 1920

 
LA ESPINA 

Vagaba yo sin destino 
Sin ver que duras retamas 
Curioseaban con sus ramas 
El placentero camino. 

Brazo de mata esmeralda, 
De largas puntas armado, 
Clavó una espina en mi falda 
y me retuvo a su lado. 

Así tus ojos un día 
En que vagaba al acaso 
Como una espina bravía 
Me detuvieron el paso. 

Diferencias: de la hincada 
Espina, pude librarme, 
Mas de tu dura mirada 
¿Cuándo podré libertarme?
 
 Languidez 1920




viernes, 14 de junio de 2019

Luz, Alfonsina Storni


EL DULCE DAÑO (1918) Alfonsina Storni


ALEGORÍA DE LA PRIMAVERA

 
ALEGORÍA DE LA PRIMAVERA

La tierra gira y gira y va a buscarla
a un prado rosa donde está yemando,
y viene a saltos y se trepa al lomo
del mundo y latiguea el viejo musgo.

Se hacen trompos los árboles y zumban,
y la piedra cojín y canto el agua;
y aprieta el pomo de las golondrinas
y desata las cajas de las flores.

Desgremia el cielo sus torzones lila
y cuelgan de ciudades y montañas,
y un tibio, verde viento los ondula.

La mano al hombre en la cintura pone
y aguas de vida súbensele al pecho
y alza el Ensueño largas sus trompetas.


SUGESTIÓN DE UNA CUNA VACÍA

 

SUGESTIÓN DE UNA CUNA VACÍA

Un pájaro de luna hasta la tierra
la trajo. Inhabitada. Pero un nimbo…
Y se veía alzar desde su fondo
una ranilla humana al rosa abriendo.

Con los párpados bajos del ocaso
los barrotes doblaban sus rigores
y se agitaba la ranilla rosa
en cárcel presa ya y aún no nacida.

A luz de noche, franjas estelares
le dibujaban triángulos y cruces
de sombras y fulgor en nudo triste.

Y se acunaba sola, dulcemente,
como si arriba una celeste mano
le diera viento mecedor de flores.


A EROS

A EROS 


He aquí que te cacé por el pescuezo
a la orilla del mar; mientras movías
las flechas de tu aljaba para herirme
y vi en el suelo tu floreal corona.

Como a un muñeco destripé tu vientre
y examiné tus ruedas engañosas
y muy envuelta en sus poleas de oro
hallé una trampa que decía: sexo.

Sobre la playa, ya un guiñapo triste,
te mostré al sol, buscón de tus hazañas,
ante un corro asustado de sirenas.

Iba subiendo por la cuesta albina
tu madrina de engaños Doña Luna,
y te arrojé a la boca de las olas.



Mascarilla y Trébol 1938
Alfonsina Storni









¿RECUERDAS?

¿R ecuerdas ? Estaba el cielo amable, era la primavera... Yo tenía quince años _ ¡ oh, quince años en flor ! Y de tus ...